Desde su fundación en 1775, bajo el Virreinato de la Nueva Granada, San José de Corozal acumuló notables primacías que se fueron forjando desde mucho antes, cuando grupos de hispanos comenzaron a agruparse en los remanentes de las tierras del cacique Piletón. Esta congregación se fue constituyendo en el primer núcleo hispánico de Sabanas.
Con la llegada de Antonio de la Torre, portando la orden de congregar a los pueblos, se cumple un viejo sueño del cura español Juan Antonio Aballe, representante de la Santa Inquisición, de trasladar a Pileta hacia otros terrenos. Aballe cedió unas tierras mercedadas en el llamado Hato Corozal de Morroa.
Corozal se convirtió en residencia de blancos españoles y lugar prominente en el centro de la Provincia de Cartagena. Pronto fue enclave del gobierno colonial asignándosele escuadrones militares y autoridades coloniales, fue lugar concurrente donde los demás poblados acudían a llevar su comercio.
Con la llegada de Antonio de la Torre, portando la orden de congregar a los pueblos, se cumple un viejo sueño del cura español Juan Antonio Aballe, representante de la Santa Inquisición, de trasladar a Pileta hacia otros terrenos. Aballe cedió unas tierras mercedadas en el llamado Hato Corozal de Morroa.
Corozal se convirtió en residencia de blancos españoles y lugar prominente en el centro de la Provincia de Cartagena. Pronto fue enclave del gobierno colonial asignándosele escuadrones militares y autoridades coloniales, fue lugar concurrente donde los demás poblados acudían a llevar su comercio.
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